sábado, 9 de febrero de 2013

Historia de la cosmetica mediterranea I


La cosmética en Egipto


El antiguo Egipto fomentó una de las industrias cosméticas más importantes de la antigüedad. Los encargados de su elaboración eran los sacerdotes que vivían cerca de los templos y tenían sus laboratorios instalados en unas de sus dependencias, donde se elaboraban los ungüentos y los aromas que utilizaban en las ceremonias religiosas.


En el 4000 a.C., florecían en el antiguo Egipto los salones de belleza y las fábricas de perfumes, y el arte del maquillaje había alcanzado un notable perfeccionamiento y difusión. Sabemos que el color favorito para el sombreado de los ojos era entonces el verde, que el tono preferido de los labios era el negro azulado, aunque se aceptaba el bermellón.

Las egipcias elegantes se teñían los dedos de las manos y de los pies con alheña, para conseguir una coloración anaranjada rojiza. y en aquellos tiempos, en que los pechos quedaban al descubierto, las mujeres acentuaban con una tonalidad azul las venas de sus senos y daban un toque dorado a sus pezones.



Los varones egipcios no eran menos vanidosos, tanto en la muerte como en la vida. Atiborraban sus tumbas con una copiosa provisión de cosméticos para la vida del más allá, y cuando en los años veinte se abrió la tumba del rey Tutankhamon, que gobernó hacia 1350 a.C., se descubrieron varias jarritas de cremas para la piel, color para los labios y colorete para las mejillas, productos que todavía eran utilizables y que conservaban sus respectivas fragancias. Los estudiosos revelan que esos productos cosméticos no son tan diferentes a los que se usan hoy en día. Ningún pueblo, hasta aquel entonces, había utilizado tantos perfumes en sus fiestas sociales.

Se ha dicho, que en su vida cotidiana el pueblo egipcio fue el más limpio de la historia. Acostumbrado a las alusiones diarias al levantarse y antes de comer cualquier cosa, les gustaba, tanto a las mujeres como a los hombres, presentarse aseado en todo momento, lo que propiciaba no solo la higiene sino el uso de cosméticos y de perfumes. Incluso los soldados en tiempo de guerra llevaban colgados del cinturón un frasco de aceite perfumado para cuidarse el pelo y la piel de la sequedad del clima.

Los egipcios guardaban sus perfumes en frascos de los mas diversos ricos materiales, oro, piedras duras, vidrios de colores y otros; Pero los más utilizados fueron de alabastro que les proporcionaba el vecino desierto de Libia. Fabricaban portalápices de doble cilindro para maquillar que contenían galena para sombra de ojos de color negro, cejas y pestañas. También eran corrientes envases de madera ,para contener cosméticos, con forma de columna, inspirada en la planta del papiro, y los espejos metálicos pulimentados bellamente decorados.



Extraían esencias de la mirra, dátiles, terebinto, incienso,... y obtenían grasa de hipopótamos, cocodrilos y gatos; en el papiro de Ebers de describen varios desodorantes y cosméticos para masaje. Utilizaban aceites que garantizaban la desaparición de arrugas, como el ―fenugreek‖ extraído de una planta empleada como forraje, apreciada hoy en día por herboristas y farmacólogos.


Usaban tónicos para la piel, ungüentos blanqueadores, alheña y aceite de nuez para mantener el pelo oscuro y brillante. Se descubrieron jarritas de cremas para la piel. Elaboraban cremas con leche de burra, harina de avena y habas, miel, arcilla, aceite de palma, cedro y almendras.

Se dice que Cleopatra se bañaba en leche mezclada con miel; otra reina egipcia que se caracterizó por el cuidado de su piel fue. Trataban las arrugas con bilis de buey y huevos de avestruz. El jabón empleado era de saponaria con grasa animal.
Tal vez porque los ojos, más que cualquier otra parte del cuerpo, revelan los pensamientos y las emociones, a lo largo de la historia han sido objeto de elaborada ornamentación. Los antiguos ya habían centrado en el ojo el foco esencial del maquillaje del rostro. El sombreado verde, uno de los favoritos, se obtenía a partir de malaquita en polvo, un mineral verde de cobre, que se aplicaba densamente a los párpados superiores e inferiores. El perfilado de los ojos y el oscurecimiento de pestañas y cejas se conseguía con una pasta negra llamada kohl, preparada con polvo de antimonio, almendras quemadas, óxido negro de cobre y arcilla ocre. Se preparaba con todo ello una pasta que se guardaba en pequeños tarros de alabastro, y que, humedecida con saliva, se aplicaba con palillos de marfil, madera o metal, a semejanza de los modernos lápices de maquillaje. Fueron también las egipcias las que iniciaron la moda de pintarse los labios, lo que hacían con un tinte hecho de ocre rojo y óxido de hierro natural que extendían con un cepillo o un palito.


Los egipcios y egipcias elegantes también crearon los primeros destellos para embellecer los ojos. Para ello, trituraban en un mortero los caparazones iridiscentes de ciertos escarabajos hasta obtener un polvo grueso, que seguidamente mezclaban con el sombreado a base de malaquita.

Aunque al principio la pintura tenía un uso terapéutico - preservaba los ojos de las enfermedades frecuentes en un país donde la luz es resplandeciente - se convirtió más tarde en un elemento de seducción. El pelo lo teñían con hena.

Las mujeres egipcias se maquillaban varias veces al día, empleando una crema de propiedades detergentes y desengrasantes. Parece ser que los médicos y físicos egipcios escribían largos tratados sobre belleza y maquillaje. Cleopatra fue la mujer con más secretos de belleza: sus mascarillas, su maquillaje y sus baños de leche pasaron a la Historia.

Extraído de

MÓDULO DE COSMETOLOGÍA

PROF.:SAMUEL AZUARA

I.E.S. ALMIRANTE BASTARRECHE

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